A menudo nos remiten a niños y nos preguntan si cuando el niño tiene un problema de visión puede estar contribuyendo o ser el responsable de un pobre rendimiento escolar.
En la actualidad existe mucha controversia, entre la verdadera relación de la visión y el aprendizaje, ya que encontramos autores que defienden que nuestro rol es muy simple, y debemos de conseguir una visión clara; hasta otros que defienden que un mal desarrollo de la visión, en un amplio sentido, puede ser la razón principal de un fracaso escolar. Los defensores de esta filosofía, sugieren que el tratamiento de la ruta visual mejorará el rendimiento escolar sin ninguna otra intervención.
Un enfoque quizás más razonable, sobre el que trabajamos nosotros, es que la visión puede contribuir en las dificultades de aprendizaje, pero que generalmente no es el único factor, y a menudo puede no ser el factor principal.
Más bien, los problemas visuales representan factores que pueden interferir con el rendimiento escolar y puede dificultar que un niño alcance su máximo potencial.
En este último concepto es en el que basamos nuestro modelo. Nosotros creemos que hay una fuerte relación entre la visión y el aprendizaje, y que cada niño que presente dificultades en el aprendizaje requiere una evaluación optométrica completa.
Esta evaluación debe llevar tres partes:
La primera, que cualquier examen rutinario evalúa, incluye la agudeza visual, el estado refractivo y la salud ocular.
La segunda, es la eficacia visual que incluye la evaluación de habilidades oculomotoras, acomodación y visión binocular.
La tercera comprende las habilidades de procesamiento de la información visual, que incluyen diferentes aspectos de la percepción visual y la integración motora.
Nuestro modelo se basa en los trabajos de Skeffignton, Hoffman, Richman, Sheiman, Wachs, y otros autores que sugieren el uso de test estandarizados para la evaluación de la percepción visual.
Este enfoque permite al examinador desarrollar un perfil del desarrollo perceptual del niño, identificando así áreas de fortalezas y debilidades. Podemos ver de este modo que herramientas tienen y cuales le faltan. Además, las áreas más pobres, deben tener correlación con los signos y síntomas del niño para determinar si existe o no relación entre estos problemas visuales y su aprendizaje.
Quizás el concepto más importante en nuestro modelo es que los optometristas evaluamos y tratamos los problemas visuales que pueden interferir con el rendimiento académico. NO tratamos directamente los problemas de lectura o los problemas de aprendizaje. Una clave básica en nuestra filosofía es el reconocimiento multifactorial de las dificultades de aprendizaje, y la importancia del trabajo multidisciplinar.
Nuestro objetivo es eliminar los problemas visuales como interferencia en el aprendizaje.
Una vez que establecemos un sistema visual eficiente, el niño estará mejor preparado para enfrentarse a su aprendizaje, o para trabajar con otros profesionales para cubrir otras necesidades, como un refuerzo educativo, terapia psicológica, pedagógica y/o logopedia, etc, para lidiar con el problema de aprendizaje.